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Labor de pre-siembra
En determinadas circunstancias o en ciertas condiciones de campo, ya sean temporales, climáticas, operativas o de cualquier otra índole, que provoquen un estado del terreno tal que resulte inapropiado para realizar la siembra directa de manera adecuada, predisponen a muchos productores a tomar decisiones de interrumpir el sistema con algún tipo de labranza para resolver la dificultad coyuntural y hacer posible una siembra promisoria. Los motivos por los cuales se llega a estas condiciones inapropiadas para la siembra en muchos casos son conocidas pero en otros aún es tema de estudio.

Sabemos que reiterados monocultivos, deficiencias nutricionales, empleo de maquinaria inapropiada, planteo agronómico de corto plazo enfocado en la rentabilidad inmediata, etc., conducen a dichas condiciones. Pero también existen motivos que, paradójicamente, son por intensas rotaciones y excesos de cobertura, derivado de cultivos de alto rendimiento que aportan grandes volúmenes de rastrojo al suelo provocando atoramiento en la sembradora, dificultando el corte de los residuos con hundimiento en la línea de siembra, aumentando el daño por frío, favoreciendo enfermedades en raíz, etc. Todos o algunos de estos factores se convierten en problemas que también alientan la interrupción del sistema, acudiendo al laboreo, extracción o incluso la quema de los residuos como salvavidas en la coyuntura. Por cierto que en este último escenario la labranza o extracción parcial de rastrojo pierde significación ya que la abundancia de residuos y buena estructura del suelo soportan dicha práctica pero no lo es el caso de la quema donde el suelo queda totalmente desnudo y sometido a los efectos de la erosión.

Soluciones «adentro del sistema»

Habitualmente las alternativas que se barajan para resolver dichas situaciones son paliativos para salvar la circunstancia pero en la mayoría de los casos agravan la situación a largo plazo porque llevan a un estancamiento de la productividad o incluso a un empobrecimiento del suelo en el largo plazo. Sabemos que los diferentes tipo de labranza en mas o en menos acelera la mineralización de la materia orgánica y reduce la cobertura del suelo provocando erosión. Por mas que en el corto plazo esta circunstancial labranza parezca beneficiosa, con el tiempo lleva a la degradación del suelo y del ambiente productivo.

Surge entonces la necesidad de buscar soluciones operativas compatibles con poder sostener en el largo plazo un sistema de producción en siembra directa que supere las dificultades circunstanciales de campo, a la vez que haga posible conseguir condiciones de siembra adecuada en un círculo virtuoso y que no se resienta la potencialidad productiva de los cultivos. En este sentido acuñamos el nombre de “labor de presiembra” que define la acción de: preparar el suelo en la línea tan adecuadamente como sea posible para que al momento de la siembra la semilla sea puesta en el mejor lugar de germinación.

Ahora bien, esta “labor de presiembra” se puede realizar de diferentes maneras, lo habitual y conocido hasta el momento es simultáneamente durante la siembra, anteponiendo al cuerpo sembrador los componentes necesarios de probada eficiencia para lograr acondicionar la línea de la mejor manera; o anticipadamente en el tiempo, tanto antes como las condiciones lo requieran, para que el suelo en la línea esté óptimo para recibir la semilla al momento de la siembra.

Las sembradoras en su mayoría contemplan en su configuración cuchillas de corte con escasa articulación para el copiado de las irregularidades del terreno, que actúan bajo la carga incremental del resorte en la medida que se comprime hasta quedar bloqueado con discos de corte planos u ondulados de variados modelos, que producen diferentes resultados de remoción al preparar la línea de siembra.

Cuando las condiciones del terreno a sembrar son óptimas la acción de la cuchilla es suficiente para que la semilla sea bien colocada por el cuerpo sembrador, pero si por el contrario y como sucede en muchos casos el lote a sembrar presenta condiciones que lo tornan difícil, ya sea por su irregularidad en el contenido de humedad, huellas de labores anteriores, desuniformidad en la cobertura de rastrojo, topografía accidentada, presencia de obstáculos o textura cambiante, etc. hace que dicha tarea se torne dificultosa con resultado incierto en el logro del cultivo, agravado con pronóstico del tiempo desfavorable.

Estas condiciones “no óptima” del lote a sembrar derivan a veces de tareas anteriores (cosecha) en condiciones de suelo muy húmedo o encharcado que dejan el terreno con huellas, también es consecuencia del esparcimiento desparejo de los residuos que deja una cobertura desuniforme, a la que se suma una topografía irregular con bajos, media loma y loma, donde aparecen microrrelieves con distinto estado de humedad que ofrece un sinnúmero de situaciones en donde tanto la cuchilla como el cuerpo de siembra deben colocar la semilla de la mejor manera posible cosa que en la práctica no sucede. Lo descripto muestra un problema muy común, generalizado y de grandes magnitudes en la producción agrícola que aún no está claramente ponderado en términos de pérdidas de potencial productivo.

Las compañías proveedoras de equipamiento para la siembra han hecho y siguen haciendo un gran trabajo para lograr alta calidad en el manipuleo y distribución de la semilla en el lote así como también un minucioso trabajo en la colocación de esta en el surco, siempre acompañado de la preparación previa del terreno para obtener una adecuada cama de siembra.

Cama de siembra

En siembra directa, como mencionáramos mas arriba, la cama de siembra como tal no existe, en todo caso existe el lote de siembra en las condiciones que se encuentre luego del último cultivo y sin labranza previa con todo lo que esto significa al momento de entrar la sembradora, por tal motivo en muchas veces el terreno esta en condiciones “no óptima” para la siembra de modo tal que de ser realizada con el equipamiento habitual disponible en las sembradoras, el resultado mas común es una deficiente calidad de siembra que arrojan como resultado un cultivo “desparejo” desde la emergencia hasta el final de su ciclo fenológico (desuniformidad temporal) con pérdida significativa de rendimiento y que en algunos casos son muy importantes.

Ante este problema proponemos una solución posible dentro del sistema de siembra directa que permite acondicionar el suelo en una banda de suficiente en ancho y profundidad para que al momento de la siembra la semilla encuentre el mejor lugar de germinación.

A este proceso lo llamamos “PRESIEMBRA TAINAR” ya que hemos conseguido con dicha marca desarrollar diseños propios que logra mejorar la condición agronómica del suelos en la línea de siembra.

La acción desplegada por el sistema Tainar mediante la combinación de la cuchilla alabeada y la carga neumática para regular la profundidad del corte y remoción, consigue preparar el suelo en la línea de siembra para que la semilla germine en el mejor lugar posible pudiendo hacerlo simultáneamente delante del cuerpo de siembra o anticipadamente a ésta.

Cuando dicha labor de presiembra requiere ser realizada anticipadamente en el tiempo, por las razones expuestas u otras relacionadas a logística, debe ser con el equipo adecuado y la configuración ajustada a la futura siembra de modo tal que al realizar posteriormente ésta, no exista error en la distancia entre líneas, dirección, orientación, cabeceros, etc. En resumen, el desplieque de la tarea en el lote debe ser pensando en la futura siembra, la que deberá repetir la trayectoria para que haya coincidencia con la colocación de la semilla en la línea preparada anticipadamente.

La acción de presiembra Tainar puede comprender también desde el barrido lateral de residuos hasta la colocación de insumos necesarios antes o durante la siembra como ser, nutrientes, inoculantes, protectores, etc. que no pudieran adicionarse en el tratamiento de semillas o simultáneamente junto a esta. El propósito es conseguir mediante acciones específicas en la preparación del suelo en la línea una “cama de siembra en banda” que proporcione una buena implantación del cultivo.

Mejorando la siembra directa

TAINAR* propone colocar la semilla en el mejor lugar acondicionando el suelo en la línea de siembra para que la semilla germine en el mejor lugar posible actuando, simultáneamente delante del cuerpo de siembra o anticipadamente a ésta, con el tiempo necesario para lograr el mejor resultado en la preparación del suelo, incluso colocando protectores, acondicionadores, enmiendas, inoculantes y nutrientes, que no puedan ser adicionados en el tratamiento de semilla o colocados en el surco junto a ésta en el momento de la siembra.

El sistema PRESIEMBRA TAINAR* permite encontrar soluciones operativas y productivas en el ámbito de la siembra directa a los problemas que aparecen como consecuencia de uno o varios factores combinados, como el estado de los suelos, condiciones climáticas y diversos modelos operativos que se dan en el campo agropecuario asociado a la siembra de diferentes cultivos.

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